LA VIDA

Ella llegó y entró
por la ventana de
los ojos de los limpiadores
de sueños.
De repente, una
cosa carnosa y ardiente,
me acarició la
cara entera.
Después supe que eran las tetas de mi madre.
Dejé de mamar y se acabó la vida.

ENAMORADOS

La luna estaba feucha,
recuerdo, en aquella noche
que te conocí.

Los barcos sõnaban que
eran hombres,
los hombres que piedras,
mi izquierda mano,
sobre tu diestra.

La noche se fue cerrando,
con mi corazón desbocado,
bebiendo la miel de tus labios,
tan dichoso como
el primer vuelo de la mariposa.

Ocho Amores

De tu delicada alma,
sin espacio, ni tiempo,
Me vine a tu persona,
solapadamente,
respirando tu boca
de rosa,
cabellos de fiera leona;
y tus ojos, estampida
de Universos que retenían
los míos,
en los márgenes
de tu luna.
Corazón de mi pensamiento.
Ocho veces te quiero
Rose.