quarta-feira, 31 de março de 2010

La solución marina

la piedra es suave

de milenarias lamidas

en el fondo del río

es galanteada.

El agua es la sinergía

fundamental de todas

las cosas.

Cuando el hombre agote

todo aquello que debía conservar

y estar eternamente agradecido,

por siempre jamás, cómo una gran

resaca perpetua, no habrá más nada

donde colgar el ego, de tanta sed,

de vanidad y fausto y fama, y sin nada

más, la población mundial se lanzará

a la supervivencia, no era para menos,

la muerte entonces es cuando sale de

la nada, para lo concreto, con una

puntería demoníaca, se conocen los

números, los códigos postales, el

escalón donde vas a tropezar,

que estaba esportillada la baldosa

del extremo izquierdo del escalón,

en el ángulo superior derecho,

reproduciéndo éste, mágicamente,

una estrella preciosa, maravillosa,

blanca cómo la nieve.


El mundo será fascinante, sin palabras,

Un silencio acogedor y profundo,

tan blanco cómo una postal negra.

sábado, 27 de março de 2010

Luces

Siempre llevo luces en el bolsillo:
por si se me apaga el día, o el cigarrillo.

A veces que no las tengo,
las arranco de las farolas,
o hago cómo que si las tengo.

Luces, acción, dijo el director,
todo se iluminó, los actores,
en el aire sostenidos por muchas luces.

Tierra

Ahora que desciendo y toco la tierra,

es por ella que vengo al cielo,

y me voy sin ella.

Tus caminos están llenos de ella,

se deshace ya transparente,

violines de sangre,

nubes de hiedra,

por la tierra, y de ella nace algo,

algo que no es algo, y nada, y sólo tierra.

En este tránsito entre el cielo y la tierra,

quiero hacer el paso por un camino de tierra.

domingo, 14 de março de 2010

Mi amada

Me cruzé con Rose en un camino,

su pelo olía a lluvia; andaba con la punta

de los pies ligeramente despegados del suelo.

Cuando me giré, fugaz, ya estaba

lejos, entraba en el cielo, verde y completamente

redondo, sí, el cielo, desgreñándose sus miles de brazos,

caprichoso, olvidado de sí, cómo Rose que cura la patita de

MeMel o el tajo en la espalda de Taipe en su día.

Te vi en las salas más extensas del cielo Rose, la luz

cada día te traía nuevas flores con las que jugar,

y en tu corazón noble cómo el ciprés, misterios fueron conjurados.