sábado, 3 de abril de 2010

Enamorados

La luna estaba delgaducha,
recuerdo, en aquella noche
que te conocí.

Los barcos soñaban que
eran hombres,
los hombres que eran piedras,
mi izquierda mano,
sobre tu diestra.

La noche se fué cerrando,
con mi corazón desbocado,
bebiendo el néctar de tus labios,
tan dichoso como
el primer vuelo de una mariposa.